Tuesday, September 14, 2010

El periódico no tiene quien le escriba…

Como me encantaría que Márquez rescribiera su obra el “El coronel no tiene quien le escriba”. En la nueva edición, el personaje principal sería un periódico carente de letras, falto de ideas, huérfano de historias, desprovisto de noticias. Para aquellos que no han leído el libro no los voy a invitar a hacerlo, pues no es mi favorito; pero sí les cuento que la palabra final del libro fue una de las razones de su fama; entonces, por lo menos, cuando pasen por una librería, diríjanse al stand de Gabriel García Márquez y abran el libro en la última página y recuerden este artículo.

Volviendo al tema inicial, les cuento que colaboro los miércoles (cuando puedo) en el programa de radio de doña Socorro Castellanos, a la 1pm en CDN en la radio. Para comenzar el programa, tenemos un segmento de las buenas noticias. Cuando colaboré la primera vez, me pareció que el segmento era necesario en virtud de que las malas noticias y las desgracias en los diarios son una peste que se reproduce y se te paga hasta por la tinta negra del papel.

Desiré, doña Socorros y yo investigamos las buenas noticias y ofrecemos un almuerzo de buena vibra a los radio oyentes. Pero… QUE DIFICIL se nos hace, cada miércoles, poder dar con esas buenas noticias en la prensa nacional; ¡el Niágara en bicicletas! Cada vez el segmento se acorta más y más. Me pregunto: ¿es que acaso en el país la negatividad arropa la cotidianidad, o es que el periodismo se ha vuelto cada vez más pesimista?

El periódico no tiene quien le escriba a las nuevas generaciones, a los optimistas, a los esperanzadores, a los que buscan un por qué… Es cierto que si el país no va por buen camino debemos de golpear a los que tienen la rienda para que enderecen el caballo; pero de paso, nos estamos llevando a todos/as y lo único que reseñamos es sabor amargo y energía negativa. Me pregunto, ¿cómo podemos ser un país mejor si todo lo que aprendemos y nos enteremos son los errores cometidos y las malas prácticas? La diáspora se alimenta de ese componente negativo destacado con marcador amarillo fosforecente.

La humanidad tiende a subrayar las imperfecciones sin detenerse a observar las maravillas y, sin darse cuenta que estas últimas son las que nos ayudan a pasar la página todos los días. Cosas maravillosas ocurren en todos los rincones del país, sólo hay que descubrirlas y hacer eco de ellas. El periodismo no puede reflejar un único punto de vista; debemos ser objetivos a la hora de escribir o hacer reportajes o investigaciones, para así dar la oportunidad al lector de ver el vaso medio lleno o medio vacío.
La esposa del coronel del libro de Márquez, al final de la historia, le pregunta al coronel “¿qué vamos a comer?”. Yo les pregunto a ustedes: al final, “¿qué vamos a leer?”. M….

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